miércoles, 15 de febrero de 2012

Reforma laboral: NO‏


Por qué la rechazamos? 


• Despido más fácil y más barato: a 20 días. A pesar de que el mensaje oficial dice que se rebaja el precio del despido improcedente de los 45 a los 33 días, la gran reforma es en realidad la ampliación de las causas de despido procedente, de forma que la mayoría de las indemnizaciones serán de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. Esto supone una rebaja de casi el 70%. 

• En dos trimestres te recortan el sueldo y en tres te despiden. La bajada de ingresos o ventas durante dos trimestres consecutivos, aunque la empresa tenga beneficios, será motivo suficiente para rebajarte el sueldo. Y al tercer trimestre te podrán despedir. 
• Vía libre a los expedientes de regulación de ocupación. Las empresas podrán imponer los *ERO, puesto que se elimina el trámite de mediación y autorización de la administración. Se deja el camino libre a las deslocalizaciones y cierre de empresas. 
• Flexibilidad interna impuesta y arbitraria. La empresa podrá modificar entrega las condiciones de trabajo: categoría, horario, salario, movilidad geográfica... Tendrás que escoger entre la imposición o el despido procedente (20 días). El empresario tiene todo el poder.
• Golpe a la negociación colectiva. La empresa se podrá descolgar del convenio colectivo, es decir, no aplicarlo, después de dos trimestres de disminución de ingresos La prevalencia del convenio de empresa supondrá la rebaja de condiciones de trabajo de las pequeñas y medianas empresas. 
 
Qué proponemos? 

• Una reforma fiscal que haga el sistema más justo, solidario y redistributivo: controlar el fraude fiscal, igualar la tributación de las rentas del trabajo y del capital, restablecer el impuesto del patrimonio y de sucesiones, establecer un impuesto internacional en las operaciones especulativas, perseguir la economía sumergida y eliminar los paraísos fiscales.
• Una reforma financiera en profundidad porque los poderes públicos puedan controlar los mercados financieros y bancarios para ponerlos al servicio de la economía productiva y generadora de ocupación, y que no sean únicamente una herramienta de especulación. 
• Un cambio de modelo productivo. La especialización en sectores de poco valor y la competencia en salarios bajos y despido fácil es un modelo condenado al fracaso, como se ha demostrado hasta ahora. Tenemos que apostar por la producción de alto valor añadido, la competitividad de las empresas, la formación de los trabajadores, la ocupación de calidad y los salarios dignos. 


El 19 de febrero ven a manifestarte, planta cara

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